Como consecuencia de la caída de granizo y heladas, se perdieron 104.000 hectáreas. El impacto más fuerte se dio en el noroeste bonaerense con una pérdida de 360.000 toneladas.

El problema, según la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, no es el rendimiento, que mantiene la proyección en 35,2 quintales por hectárea, sino que los daños en los cultivos por el granizo del mes pasado generó un impacto mayor en la región noroeste de la Provincia de Buenos Aires.

Pese a ello, las precipitaciones mejoraron las condiciones del trigo que se encuentra en plena etapa de llenado de granos y se podría mejorar el peso de los granos, “pero el cereal ya está jugado y el rinde está hecho”, comentaron desde la bolsa rosarina. “En 20 días comenzará la cosecha de los primeros lotes, mientras que aquellos lotes más atrasados en el norte de Buenos Aires, se encuentran en espigazón y floreciendo”, dice el informe.

Por otro lado, las bajas temperaturas también complican el panorama del trigo. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires registró temperaturas por debajo de los 5 grados en el centro y sur de la provincia de Buenos Aires. Esta situación afectaría el rendimiento del cereal, sobre todo en aquellos lotes donde el cultivo atraviesa la etapa de espigazón y floración.