Selva, saltos y cascadas con música de arpa e historias que se conjugan en las 400 hectáreas de la Posada Puerto Bemberg a tan solo media hora de Puerto Iguazú, Misiones. Una experiencia sensorial.

La música de un arpa iluminada por la luna llena en plena selva misionera es un instante soberbio para viajeros que buscan lo exclusivo en los rincones argentinos. Y también de culto para los adoradores de las star de los años 50 y de todos los tiempos. Los memoriosos recuerdan que cerquita de aquí, en el salto “Yasí”, Isabel “Coca” Sarli protagonizó “India” , uno de sus miles de film, con su humanidad bajo una cascada. Lo cierto es que hay un sin fin de razones para elegir la selva misionera y conocer Puerto Bemberg.

Este lugar fundado por la familia Bemberg hacia 1924 para explotar la yerba mate, fundado como Puerto Bemberg, los vaivenes políticos le fueron cambiando de nombre y expropiando las tierras, así, después de los años 50 pasó a llamarse Puerto Eva Perón y después del golpe de 1955, Puerto Libertad, tal como se conoce hoy a esta localidad.

En sus comienzos albergó a más de seis mil almas y a la usanza de antaño, se planificaba sobre el crecimiento y el bienestar, con sus casas pensadas para las familias, para los empleados solteros, proveeduría, escuela, hospital, iglesia y el área de los dueños, con hospedaje. Hoy los descendientes de esta familia reinventan los sueños y despliegan el encanto de vivir con todo el confort dentro de la selva y su oferta es compartir la naturaleza.

En la antigua construcción donde se alojaban los visitantes de la familia, empresarios y viajeros como si fuera n un adelanto de los viajes corporativos y de negocios de la actualidad, la tercera generación de la familia reconstruyó la Posada y reconvirtió las 400 hectáreas en un paraíso para el viajero exigente.

Quien se haya deslumbrado con las Cataratas del Iguazú en alguna visita por el Parque Nacional del mismo nombre comprenderá que esta perla ubicada a tan sólo treinta minutos de las Maravilla Natural permite sentirse único en un ambiente de confort enclavado en una región considerada la de mayor biodiversidad del país: la selva paranaense.

El patio central de la Posada guarda reminiscencias jesuíticas y galerías que la selva simula abrazar. El cielo impecable, el verde brillante y el sonido de la aves son apenas detalles frente a lo que significa este lugar resguarda una experiencia exquisita sumergida en la selva en la antigua hostería hoy restaurada con el confort y el diseño Premium rodeado de saltos, cascadas, riachos, espesura y la vida en estado natural todo al borde del río Paraná.

Casi, casi, como sentirse dueño de la naturaleza. Un trecking, un paseo en lancha por el Paraná, escuchar el sonido de la selva, disfrutar de las aves que la pueblan, pasear en carro tirado por bueyes y hasta plantar un palmito, especie en peligro de extinción, son parte de las actividades que llevan el compromiso de solventar este área natural que preservan que está distinguida con el sello de Rainforest Alliance y sus prácticas sustentables y conservacionistas la convierten en única.

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